Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
6 de agosto, 2013
Recordando a Lenin y su obra “Un paso adelante, dos pasos atrás”, bien puede decirse que eso es lo que vive el PRD en Nuevo Laredo.
En vez de avanzar electoralmente, en el último proceso electoral retrocedió a niveles nunca antes vistos, perdió espacios en el Cabildo y de paso el partido queda tan apaleado que suena difícil que se pueda recomponer de aquí a la elección federal del 2015.
En el 2013 el PRD solo logró 1,360 votos, muy distantes a los 17 mil 786 que en el 2003 les dio Carlos Cantú Rosas como candidato a diputado federal; también están lejanos de los 25 mil 235 que en el 2004 logró Héctor Peña Saldaña, apoyado por la coalición con el MC y de paso metió cuatro regidores; lejos está de los 27 mil 078 que en el 2006 obtuvo Pedro Chapa, como candidato a diputado, en coalición con el PT y el MC, y con el respaldo de Andrés Manuel López Obrador, quien en su calidad de candidato presidencial le jaló los votos a los demás candidatos.
En el 2007, con Juan Carlos Medina, el PRD obtuvo 13 mil 259 votos y alcanzó tres asientos en el Cabildo; en el 2009, Martha Porras Guillén bajo la votación del PRD a 6 mil 695 votos; un año después, Everardo Quiroz Torres le dio un nuevo bajón al PRD al lograr solo 3 mil 917; apenas tres años después, el mismo Everardo le dio el tiro de gracia al PRD al dejarlo con mil 360 votos y de paso lo dejo sin representación en el cabildo.
Meses antes de la última elección, el ex dirigente municipal del PRD, Rafael del Orbe Reséndiz había alertado sobre el riesgo de que el partido perdiera sus espacios en el cabildo, si se empecinaba en postular a Everardo Quiroz. El tiempo le dio la razón.
Al PRD le fue tan mal en el último proceso electoral que ya desmanteló las oficinas que tenía sobre la avenida Guerrero.
El panorama se presenta negro. No hay liderazgo y encima cada una de las fracciones que operan al interior del partido se siente tan autosuficientes que no quieren pactar con las otras fuerzas.
Ciertamente, no debe haber problemas para que la fracción de Jorge Valdez Vargas proponga al nuevo dirigente del PRD, pues a final de cuentas se identifica con la dirigencia estatal de Cuitláhuac Ortega, además de que su calidad de diputado electo le garantiza el derecho de proponer. La cuestión es que el PRD quedó tan disminuido y desprestigiado, que la nueva dirigencia tendrá que trabajar mucho para recomponerlo.
Como si los problemas internos del PRD no fueran suficientes, está la presencia de Morena quien tiene toda la intención de desplazar a los partidos de izquierda en la elección del 2015.
Morena ha nutrido sus filas de viejos militantes del mismo PRD, inconformes con la manera en que el partido se conduce.
La meta de Morena es rebasar y dejar atrás al PRD, para lo cual tiene meses trabajando en una campaña de afiliación en la que a diferencia del PRD, ha centrado sus esfuerzos en aglutinar a gentes menores de 40 años, profesionistas, sin descuidar el segmento adulto.