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Autonomía en entre dicho

Raúl HERNANDEZ

10 de agosto, 2013

Se equivocan  quienes interpretan el artículo 115 Constitucional al pie de la letra. La autonomía municipal existe en el papel, pero no en los  hechos.

 

Y aún en el papel, la autonomía  está muy, pero muy distante de lo que establece la Constitución estadounidense.

 

Basta cruzar el charco para corroborar que la autonomía municipal es en serio: el gobierno municipal controla el registro civil, la policía, tránsito, investiga delitos de narcotráfico,  opera el organismo de agua,  opera su aeropuerto, tiene presencia en la organización de las elecciones,  tiene sus propias  reglas jurídicas, incluyendo el cobro de impuestos como el de hoteles y parte del IVA y una de sus principales fortalezas es el cobro del impuesto predial, donde  obtiene la principal tajada de sus  ingresos.

 

En cambio en México,  la autonomía municipal es endeble. Seguimos viviendo en un  régimen donde la política se ejerce de manera  vertical: federación, estado y municipio.  El de arriba puede maltratar al de abajo, pero no al revés. Por eso lo más sano es respetar cada instancia.

 

Cuando  Francisco Javier  García Cabeza de Vaca  fue alcalde de Reynosa, pudo pelearse con  el ejecutivo estatal porque siempre tuvo a su alcance el gobierno federal, por ser de su mismo partido.

 

Si hoy a Cabeza de Vaca le  tocase ser alcalde, otras serían sus circunstancias, en el supuesto de que buscase la confrontación con el gobierno estatal. Se quedaría aislado y  podría gritar como chachalaca, pero nadie se molestaría en atenderlo.

 

Cuando a partir del 1 de octubre llegue un nuevo partido al gobierno municipal de Nuevo Laredo, lo más sano es que se dé una relación  de  colaboración  y respeto con su contraparte estatal.

 

Esta colaboración no solo es recomendable, sino lo más deseable si se toma en cuenta que el panorama económico para los primeros meses de la próxima administración serán  difíciles, con una  deuda grandísima, con obras inconclusas  que para terminarlas se requerirá dinero y  rezagos en muchas áreas sociales y para enfrentar esos problemas se requerirá el respaldo del Estado.

 

Solo un tonto puede negar los grandes rezagos que enfrenta Nuevo Laredo.  Basta  viajar a ciudades del interior para confirmar la dimensión de estos rezagos. Hay mucho trabajo por hacer y no solo se necesita de la conjunción de esfuerzos entre las instancias estatal y municipal, sino también de  la propia sociedad. Juntos será más fácil sacar adelante a esta sufrida ciudad donde, como diría Cristina Pacheco, aquí nos toco vivir.

 

En la medida que todos trabajemos juntos, se podrán  gestionar recursos federales, estatales, internacionales y  del sector privado para  apuntalar el desarrollo  de Nuevo Laredo.

 

Hay  muchos programas que tienen  recursos para todo tipo de obras y acciones, pero hay que gestionarlos y  hay que tener buenas relaciones para conseguirlos y  estar riñendo no es la mejor manera de conseguirlos.

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