Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
3 de junio, 2009
A muchos nos va a pasar. Va a llegar el 5 de julio y no tendremos definido nuestro voto. Ni PRI, no PAN, mucho menos PRD. Tampoco el verde, ni el naranja. Con toda seguridad habremos muchos que no fuimos convencidos por ninguna fuerza política. Ni por ningún candidato. Lo más normal sería ni siquiera aparecerse por la casilla ese día. Así lo harán seguramente más del 50 por ciento del electorado. Pero habemos muchos que desearíamos tener la opción en la boleta para expresar nuestra inconformidad. La legislación electoral no lo contempla, pero sano sería que en futuros procesos electorales, las mayorías tuviéramos la oportunidad en la boleta electora, de cruzar una opción que diga “Ninguno” . Abstención no necesariamente significa indiferencia. La abstención es numerosas ocasiones una voz que dice no estar de acuerdo con las opciones que se nos ofrecen. Abstención es un llamado para que partidos y candidatos cambien su comportamiento. Para que sean verdaderos. Para que no mientan. Para que realmente representen los intereses ciudadanos y no vena solo sus muy particulares intereses. Yo quiero que a las mayorías se les de la oportunidad de decir “no estoy de acuerdo”. Sensacional sería que el IFE y los representantes de los partidos, durante el conteo se dieran cuenta del rechazo del ciudadano. Que se tuviera la oportunidad de demostrar que no es lo mismo un voto anulado por equivocación del elector, que un voto anulado deliberadamente por quien entró a la casilla. La decepción hacia la política y los políticos es un sentimiento generalizado. Los mismos partidos se han encargado de reforzarnos esa idea. Nos han mostrado por años y años, que su lucha por llegar al poder no es por afán democrático, sino para satisfacer la voracidad de los grupos o familias que los dirigen. El ciudadano común y corriente esta cansado. Lo demuestra cada vez que lo llaman a votar. El ciudadano de a pie quiere una democracia mas limpia, que verdaderamente le garantice un bienestar. El día que esto suceda, irá a las urnas electorales con la convicción de que su voto vale y sirve. Hoy por hoy, no es así. Y ese ciudadano le dice al IFE y los contendientes mucho con su indiferencia. Alguien podría decir que si no votas, no reclames. Que si no votas, no tienes derecho a pedir, mucho menos a exigir. Y tiene razón. Pero hay que cambiar todo el escenario electoral, porque el abstencionista si quiere votar. Si quiere participar, pero no le dan opciones. Invitémoslos, y hasta este servidor se apunta, a decir que no nos gusta ningún candidato, ni ningún partido. Pero queremos decirlo en la boleta. Ojala que algún día podamos hacerlo. ¿Se imaginan que pasaría en nuestro país cuando en el conteo de los votos, miles y miles de boletas trajeran tachada la opción POR NINGUNO?