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Votar, tarea de todos

Raúl HERNANDEZ

29 de mayo, 2010

Quién sabe porque, pero en las últimas cinco elecciones el porcentaje de participación ciudadana en Nuevo Laredo ha sido de alrededor del 40 por ciento del padrón. En el 2003, por ejemplo, voto el 36 por ciento; en el 2004, el 40; en el 2006, el 46.96; en el 2007, el 39.43; y en el 2009, el 35. 60 por ciento. Tiempo atrás, la participación ciudadana era mayor. En el 91 voto el 66 por ciento; en el 94, el 75; en el 95, el 61; en el 97, el 48; en el 98, el 44; y en el 2000, el 54 por ciento. Muchos ciudadanos están convencidos de que en la elección del 2000, cuando el PRI perdió la presidencia de la república, es en la que ha habido una mayor participación, pero las estadísticas confirman que fue en el 94, cuando se ha dado una mayor votación, en Nuevo Laredo y en el país en general. Esa participación fue apuntalada por los asesinatos de los priístas Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu, candidato a la presidencia el primero y secretario general del PRI, el segundo. Los mexicanos se dejaron influir por el sentimiento de tristeza que provocó el crimen de ambos y se volcaron a las urnas para hacer triunfar a los candidatos del tricolor. Pero regresando a Nuevo Laredo, aunque es cierto que gana la elección quien tenga más votos en las urnas, lo deseable es que salieran a votar más del 50 por ciento de los ciudadanos enlistados en el padrón, por lo menos. Las elecciones cuestan mucho dinero, pues además de los recursos que los partidos reciben por la vía de los subsidios, también hay que añadir los propios recursos que aportan candidatos, militantes y simpatizantes. Sacar a la gente a votar, debe ser tarea de todos. No solo de los partidos y los candidatos, también de los propios ciudadanos, porque en la medida en que más gente sale a votar, mayor es el compromiso que adquiere el ganador, pues aún los votos que no lo favorecieron lo obligan a hacer bien su trabajo. En otro tema, en el Distrito I, el candidato a diputado local, Héctor Canales esta convencido de que va a ganar las elecciones, pero quiere hacerlo con muchos votos de diferencia para llegar fuerte al Congreso. Su más cercano oponente, es el candidato del PRD, Jorge Salinas Falcón que ha hecho de las visitas domiciliarias, su mejor estrategia de campaña para ganarse el respaldo popular. En cambio en el Distrito I la competencia se da entre mujeres: Rosa María Alvarado por el PRI; Lizbeth Marín Sánchez por el PRD; e Ileana Medina García, por el PAN, que participa en una elección por tercera ocasión. Rosa María tiene a su favor el trabajo social que realizó primero como regidora y luego como dirigente del Organismo Nacional de Mujeres Priístas. Por su parte, Lizbeth es una propuesta nueva y fresca de parte del PRD. Y a propósito de mujeres, la que se voló la barda fue la candidata a la alcaldía del PT, Angélica López, quien como parte de su oferta política dice que promoverá la construcción de una refinería. No se discute la buena voluntad de doña Angélica, pero haría bien en asesorarse pues aunque el gobierno federal tiene autorizada la construcción de una refinería en Hidalgo no se ha podido iniciar porque no hay disponibilidad de recursos y eso que en ese proyecto está empeñada la palabra del Presidente Felipe Calderón. Es cierto que prometer no empobrece, pero hay que ver que se promete y no decir barbaridades, que pueden ser bien intencionadas, pero no son creíbles.
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