Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
15 de junio, 2010
Bueno, ya sabe usted que finalmente la Suprema Corte de Justicia de la Nación se lava las manos y decide no culpar a nadie de la tragedia de la guardería ABC de Hermosillo. Seguro que pa’ no comprometerse dejan la justicia en manos divinas calificando el hecho como mero accidente. Así que colorín colorado y que los padres de los 49 niños muertos le hagan como quieran. Y uno supone que las presiones del gobierno panista pesaron más que la indignación y el dolor de los mexicanos. En este sentido se comprueba que el país sigue siendo el mismo de la dictadura porfirista la que, ¡vaya coincidencia!, da lugar y pretexto al festejo oficial cien años después de una “revolución” que solo animó la existencia de los grandes empresarios y dinerosos del exterior. Y ni modo que sea invento. De manera que no hay culpables, ni siquiera aquellos que autorizaron el funcionamiento de la guardería en las condiciones conocidas, mucho menos los influyentes que por los métodos acostumbrados lograron las respectivas concesiones. Aquí no hay responsables, solo víctimas, como debe ser en un país ausente de justicia. Por cierto, ¿sabe usted que cada ministro de la SCJN gana algo así como 300 mil pesos mensuales y recibe prestaciones no imaginadas?. En verdad arquearía usted las cejas al enterarse de que son los consentidos de una patria agradecida. Le digo de la dictadura porfirista, ayer fueron los obreros de Cananea,- y otra coincidencia-, ahora mismo y en el mismo lugar, los trabajadores son reprimidos por el panismo en el poder como si el tiempo no hubiera transcurrido. Pero no son los únicos porque en el zócalo de la capital decenas de sindicalistas realizan una huelga de hambre que los tiene al filo de la tumba. Todo por defender su fuente de trabajo. Mientras tanto Calderón encabeza la enajenación futbolera, como que bien conviene al régimen panista que se da gusto dificultando la sobrevivencia mexica. AMERICO AMIGO El ex gobernador Américo Villarreal Guerra afronta problemas de salud que lo mantienen recluido desde hace tiempo en su residencia. Es una pena no solo porque don Américo todavía puede aportar mucho al estado con esa vocación de servicio y capacidad que lo llevó a realizar una de las gestiones más brillantes que se recuerden, sino porque su presencia ha servido de ejemplo a nuevas generaciones de políticos que lo han visto activo y vigente en sus convicciones de priísta y republicano. En cuanto a su gobierno tal vez baste la construcción del acueducto desde la presa “Vicente Guerrero” que calma la sed de los victorenses, para que lo agradezcamos siempre. Pero claro, en su sexenio hubo mucho más, tanto que sería difícil mencionarlo en este reducido espacio. Por ahora importa enviar todas las buenas vibras posibles para que don Américo se recupere a la brevedad con el entusiasmo que en los últimos años lo ha llevado a combinar la práctica política con el ejercicio de su profesión de ingeniero. El escribidor lo recuerda unos meses después de dejar el gobierno reclinado sobre planos en su sencilla oficina de la capital del estado, terminando proyectos hidráulicos para el sur del país. En aquella ocasión le mencioné su condición de ex gobernador que de alguna manera extrañaría el poder y el hombre fue lo bastante sincero para aceptar que sentía nostalgia por lo que había sido, aunque lo animaba la convicción del deber cumplido. Hace poco más de tres años don Américo aceptó una modesta comisión en la CNC a invitación de Cruz López Aguilar del que fue jefe durante su transcurrir por la Secretaría de Recursos Hidráulicos. En dicho cargo el ex gobernador cumplió y de su trabajo existen evidencias, sobre todo cuando se trató de defender la repartición con justicia del agua en el campo, anticipando sobre los riesgos por el derroche y mal uso del vital líquido. Así de congruente y nacionalista es don Américo. Así que ¡ánimo!, ya se le extraña. Y hasta la próxima.