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¡Viva México cabrones!

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16 de junio, 2010

Este jueves podemos dar por solventadas las diferencias con Francia. Digo si es que se dejan ganar y permiten que el honor nacional quede a salvo. El escribidor propone a Sarkozy ordene la derrota y a Calderón que decrete el triunfo. Ya ve que al hombre le encanta resolver todo de un plumazo, como la ocasión en que determinó la desaparición de la pobreza, nomás por “pura puntada”. El escribidor como buen mexicano está dispuesto a perdonar a Napo lll que le haya dado cuerda a Maximiliano apoyándolo con su ejército pa’ dejarse caer dizque como emperador a México despertando al tiempo la ambición y protagonismo de Carlota de quien le paso el chisme, no es que la recluyera su hermano primero en Miramar y después en el castillo de Bouchot por loca, sino pa’ evitar las habladurías ya que en el 67 regresó a Europa embarazada de su jefe de guardias, un tal coronel Van Der Smissen. ¡Válgame el santo niñito!. Por esas mismas razones Max se daba gusto con la hija del jardinero en Cuernavaca, aunque aseguran que si le caía un machito no lo dejaba ir. A favor o en contra, le daba igual, hasta que Juárez le partió la progenitora en el cerro de las Campanas al lado de Miramón y Mejía, enfriándola las calenturas y algo más. Si este jueves los franceses se dejan ganar tal vez podríamos olvidar las sanguinarias acciones de los generales Lorencez, Forey, Bazaine y Dupin contra los desarrapados y hambrientos soldados mexicas durante la invasión del 62 al 66 que ya sabemos, se origino por el reclamo de absurdas deudas, incluida la de conocido pastelero en la capital del país. El mentado ejército invasor dejó de serlo cuando los EU jalaron las orejas a Napo III por andarse metiendo en territorio ajeno y reservado a la voracidad gringa. Dicho esto, “patas pa’ que son”, dejando al pobrino de Max más huérfano que un cabrito destinado al horno sin excusa ni pretexto, retorno que dio motivo y origen al lloroso “reclamo” de Carlota no solo a Napo sino al Papa y a todas las monarquías que la apapacharon al saber que esperaba un crío ajeno a Max. Con decirle que hasta el Papa Pio IX la alojó en sus habitaciones de El Vaticano como hecho único que registra la historia de tan augusta institución. ¡Guau!, y es que el escándalo de Carlota escenificado en el lugar no tiene desperdicio cuando suponía que saliendo la iban a matar o de perdis a envenenar. Total, pura locura de conveniencia. En cuanto al retiro del ejército invasor no crea mucho eso de la heroicidad tamaulipeca durante la batalla de santa Gertrudis en Camargo, dizque ganada por Escobedo, porque los franceses ya regresaban a su tierra e iban rumbo a la concentración ordenada por Bazaine. Sea que a los franchutos ya les importaba una pura y dos con sal presentar pelea a soldaditos que en eso de la dignidad patria no sabían si iban o venían, ya que liberales y conservadores se turnaban el poder y la riqueza nacional con singular alegría, dejando abundantes rastros de sangre y traiciones. Es un cuento como otros muchos que nos han vendido quesque pa’ mantener despierta la llama nacionalista, ésta que frente a la crisis ha servido nomás pa’ reciclar mentadas de madre contra el sistema. En síntesis si Francia nos permite este jueves recuperar la dignidad patria, el de la voz adoptará sin mayor trámite, no solo a Catherine Denueve (Bella de día) o Juliette Binoche (La insoportable levedad del ser), sino a la mismita Florence Cassez, la presunta secuestradora que se declara víctima de la corrupción mexica. ¡Adió!. Es más se compromete al dulce sacrificio de seguir escuchando por los días de los días a Charles Aznavour (L’amour c’est comme le jour), como si volviera a pasear a la orilla del Sena. ¿Y qué tal si de aquí pa’l real solo las lecturas de Margarite Yoursenar, la mera madre hasta de Adriano?. Bueno, también las de Simone de Boauvoir y de Jean Paul Sartré dejando un campito para Marcel Proust (En busca del tiempo perdido). ¡Y viva México cabrones!. Hasta la próxima.
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