Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
11 de junio, 2009
Las relaciones entre políticos y miembros de la farándula, no son cosa nueva. A lo largo de años, hemos conocido de historias de amor y aventuras entre bellas actrices y presidentes, gobernadores, diputados y funcionarios públicos de todos los niveles. La relación amorosa de Gustavo Díaz Ordaz con “la Tigresa”, Irma Serrano, fue del dominio público. El idilio que sostuvieron por años José López Portillo con la estrella de la película “las Ficheras”, Sasha Montenegro, tuvo incluso hijos de por medio. El rumor de la relación nunca conformada de Salinas con la bella Adela Noriega, El matrimonio de Marcelo Ebard con la actriz retirada, Mariagna Pratts. O el escándalo de la paternidad de Santiago Creel en la hija de Edith Gonzalez. Y el rumor nunca aclarado de un par de salidas del entonces candidato Vicente Fox con Lucía Méndez. De menor nivel, pero sin dejar de ser parejas político-farandulera, recordamos quien siendo gobernador de Tlaxcala, Tulio Hernández, conquistó a Silvia Pinal. O más recientemente, al ex funcionario de aduanas y más tarde alcalde de Pachuca, Omar Fayad, con Victoria Ruffo. Y no tan solo en México se ha dado esa mezcla de política y farándula. Desde Kennedy en Estados Unidos, hasta Sarkozy en Francia, se han visto envueltos en escándalos con gente del show business. Enrique Peña Nieto, sostiene un romance con la estrella de telenovelas, Angélica Rivera. Viudo el, divorciada ella, su relación, al principio negada, se dio cuando la actriz fue contratada para ser la imagen de la publicidad del gobierno mexiquense. Meses mas tarde, el propio gobernador aceptó ante una revista rosa, “si, estoy enamorado”. Todos lo sabemos, no es ningún secreto; el gobernador del Estado de México tiene posibilidades de ser el candidato priista a la presidencia de la republica en el 2012. La sola idea de que una heroína de la televisión llegue a ser primera dama, inquieta a muchos. La figura de esposa del presidente, en nuestra sociedad significa mucho. Desde los tiempos de doña Esher Zuno de Echeverría, la pareja del presidente en turno es algo así como una estrella en Los Pinos. Ella fue protagonista por sus coloridos vestidos yucatecos y su gusto por organizar comidas en las que se servían mexicanas aguas frescas. Carmen Romano de López Portillo, fue una primera dama que se distinguió por apoyar al arte y los artistas. Hay quien dice que ese matrimonio era solo de apariencia. Paloma Cordero de De la Madrid, en cambio fue una mujer muy discreta, con escasas apariciones publicas. De Cecilia Occelli de Salinas también se supo poco. Mantuvo siempre un papel en bajo perfil. Sobre Nilda Patricia Velasco de Zedillo se corrieron mil y una versiones, pero lo cierto es que no fue protagónica ni brillante. De doña Martha Sahagún, la historia más reciente la revela. Mujer ambiciosa, protagónica, manipuladora y problemática que más de una vez metió en aprietos a su marido. La actual primera dama, Margarita es sin duda una de las primeras damas más preparadas e inteligentes. Su paso por la cámara de diputados la sitúa como una mujer con ideas políticas propias. Sabe expresarse, y es evidente que en forma intencional, se ha mantenido en un segundo plano. La Gaviota ve en serio sus posibilidades de llegar a los Pinos. Hoy es tema, porque esta misma semana anunció que en realidad ella nuca estuvo casada por la iglesia con el productor Jose Alberto “el güero” Castro, porque el evento fue en una playa. A la actriz se le vio por el Arzobispado de México, y posteriormente el semanario católico “Desde la Fe” publicó un articulo en el que aclara que: “Los matrimonios celebrados en playas, hoteles, jardines o clubes privados no están autorizados y pueden ser causa de nulidad matrimonial”. Es decir, “La Gaviota” puede promover la nulidad de su matrimonio de manera justificada, si es que piensa casarse de nuevo. Lo dice el órgano oficial de la Arquidiócesis Primada de México. Estamos a algún tiempo de saber si se le hace o no la candidatura a su novio Peña Nieto. Mientras tanto, pensará Angélica Rivera, no está de más prepararse. Ya divorciada desde hace tiempo, y con una boda religiosa “que no valió”, está lista para una “de a de veras”. Ya lo que venga después, será ganancia. ¿Y que tal si se le hace?