Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
29 de junio, 2010
Tras reiterar el pesar que embarga a Tamaulipas, y México, por el fallecimiento de Rodolfo Torre Cantú, el gobernador Eugenio Hernández Flores enfatizó que 'Rodolfo no sólo era el candidato del PRI, sino símbolo de la Esperanza para un mejor futuro'. "Estamos dolidos y agraviados porque Rodolfo era un hombre de bien que se dejaba querer; su conducta era intachable y de un alto sentido humanista. El priísmo lo arropó por su grandes virtudes y su gran talento demostrado en cada una de las responsabilidades que le fueron asignadas", apuntó Hernández Flores frente el féretro de Torre. Afirmó que Rodolfo creía en la buena política y no en la que fomenta la discordia; que lo único que desaba era servir y que en PRI se ganó el reconocimiento como sinónimo de Unidad. Destacó en su mensaje que el candidato a la gubernatura siempre fue partidario de la política de 'juego limpio' y que 'esa es la demanda principal de México, hoy en día, para perfeccionar la Democracia y promover la Unidad que nos permita encarar todos los retos que tenemos enfrente'. Al encabezar el homenaje póstumo a Rodolfo Torre Cantú, el gobernador Eugenio Hernández Flores aseguró también que su Administración ha desplegado todas sus atribuciones y, con el respaldo del gobierno federal, trabaja para descubrir, ejuiciar y sancionar a quienes resulten responsables de la muerte del candidato, de la Alianza Todos Tamaulipas, a la gubernatura. Durante su intervención, el Ejecutivo tamaulipeco solicitó también a la Federación una mayor efectividad en el combate a la delincuencia y propuso modificar esquemas y diseñar mejores estrategias que permitan garantizar la tranquilidad social. En el podium fueron colocados los féretros de Rodolfo Torre Cantú y de su Coordinador de Campaña, Enrique Blackmore Smer asi como los de sus colaboradores que también perdieron la vida en el atentado. Datos recabados señalan que tras el homenaje, los restos de Torre Cantú serían llevados a la Catedral capitalina para una ceremonia religiosa y después en ceremonia privada sería cremado. Mientras tanto, el ataúd de Enrique Blackmore sería trasladado a la sede del Poder Legislativo para ser objeto de un reconocimiento por parte de sus compañeros de legislatura.