Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
13 de julio, 2010
En la ciudad de Matamoros, el organismo que maneja y distribuye el agua potable, es la Junta de Aguas y Drenajes, ente paramunicipal único en Tamaulipas, ya que recuérdese que desde Nuevo Laredo hasta Tampico, quien hace esos manejos es la Comisión Estatal a través las Comapas. Durante décadas, la JAD de Matamoros, ha sido criticada y calificada de “caja chica” del ayuntamiento en turno. Su manejo autónomo, ha despertado muchas veces la intención estatal de convertirla en comapa. No se ha podido, porque desde su creación, su consejo está formado por representantes ciudadanos, que se han opuesto férreamente a esa posibilidad. Maneja a su antojo un presupuesto bastante jugoso, y ello la ha hecho apetecible. Pero la JAD matamorense se mantiene autónoma. Y justo es reconocerlo, su servicio es hasta más eficiente que en otras ciudades del tamaño de Matamoros. Viene todo esto a colación, porque una de la más importante instalación de la JAD, está ubicada justamente en el rio Bravo. Se llama La Toma de Agua. Y obvio, de ahí se abastece la JAD de agua, que lleva al tratamiento y de ahí miles de hogares en Matamoros. Pero hoy, hay un problema. Los niveles del rio Bravo este martes, marcaban 8 metros con 42 centímetros. Si estos llegan a 9 metros, las bombas que trabajan en La Toma de Agua, se verán afectadas y dejarán de funcionar. Resultado: No habría agua en todo Matamoros. La gerencia de la JAD y el alcalde matamorense, Erick Silva, durante los últimos días confiaban plenamente en que no se llegaría a la eventualidad de los 9 metros, debido a que existía el compromiso de Conagua, de trasvasar de las presas, solo 200 metros cúbicos por segundo al rio Bravo. Pero parece que hubo un desacuerdo y Conagua no ha respetado el acuerdo. Y Matamoros corre riesgo. El alcalde Erick Silva, molesto, exigió a la Comisión nacional del Agua que se respete la cantidad de liquido que se había comprometido a trasvasar al rio Bravo, como una medida para evitar que Matamoros se quede sin agua potable. E irónicamente, inundado.