Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
14 de agosto, 2010
A raíz de los Diálogos por la Seguridad que encabeza el presidente Felipe Calderón, salió nuevamente a la arena del debate el espinoso tema de la legalización y despenalización de las drogas. Y no todas, de entrada solo se habla de la mariguana.
Sin duda, se trata de un asunto delicado. El propio presidente de la republica se declara en contra de esa posibilidad, pero dice que no se cierra al debate. Pide que se hable del punto, que se discuta. Y luego, ya veremos.
De entrada, ese tema de legalizar la mariguana, con su debida modificación a la Ley General de Salud, se viene manejando ya desde hace tiempo. De hecho, así como hay voces en contra, también las hay a favor. Aquí, uno de los más fuertes argumentos de los “defensores” de esa iniciativa:
Dicen que la Organización Mundial de la Salud, la OMS, publicó una investigación en años recientes, que “por su uso, la cannabis representa un problema para la salud pública mucho menor que el alcohol y el tabaco en las sociedades occidentales.”.
Y en contra parte, quienes abiertamente se oponen a la despenalización de la mariguana, sostienen que “quien diga que esa droga no causa un problema de salud, miente, ya que está comprobado que la mayoría de los delitos se cometen bajo la influencia de esa droga”.
Dado lo anterior, se avecina una polémica pública de pronóstico reservado.
Y es que el meollo del caso, está más que nada encaminado a cerrarle el paso a las millonarias ganancias que genera el tráfico de drogas. Y obvio, no porque el gobierno se quiera convertir en competidor, sino más bien, en atacar a los delincuentes en sus finanzas.
Así, el cambio de estrategia que tanto le reclaman a la federación que encabeza Felipe Calderón, podría aplicarse. En lugar de pelear con balas, tratarían de minarlos reduciendo sus ingresos una vez que deje de ser ilícito comercializar la yerba verde.
Para darnos una idea del tamaño del mercado, no está de más saber que según la Organización de las Naciones Unidas, el 3 por ciento de la población mundial consume drogas. 165 millones de seres humanos consumen mariguana, 24 millones son adictos a las anfetaminas y 16 millones a la cocaína. Y es un negocio de más de 500 mil millones de dólares anuales.
Seguramente si se recogiera la opinión de la sociedad en general, la gran mayoría estará en contra de la legalización de cualquier droga. De hecho, empresas encuestadoras han realizado ejercicios en ese sentido, y los resultados son abrumadoramente en el sentido de un no rotundo. 80 por ciento de la población mexicana está en contra.
Pero este debate va mucho más allá. El propio presidente Calderón abrió la puerta.
Las experiencias de Holanda y Portugal, dos países europeos que han legalizado las dogas (Holanda solo la mariguana y el hashish, Portugal, todas), son poco aplicables en México, dadas las enormes diferencias de idiosincrasia y mentalidad entre sus habitantes y gobernantes en relación con México.
Pero hay que poner atención con lo que pasará en California, estado vecino de nuestro país.
En el mes de noviembre, la población de aquel estado norteamericano, votará la llamada Propuesta 19, que permite a mayores de 21 años, poseer, cultivar y transportar mariguana para su uso personal, y además autoriza al gobierno a regular y cobrar impuestos a la producción y venta de mariguana.
Los gringos, un paso adelante.
Y lo que pase allá con esa propuesta, rebotará en México. Por eso la prisa por debatir.