Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
11 de enero, 2011
Contrario a lo establecido en la mayoría de los cambios sexenales, al inicio de la presente administración ya son varios los frentes abiertos. Cada uno tan grave como pa’ inquietar al estado. A saber, difícil será cerrar la herida entre la SET y el SNTE, al menos en el corto plazo. Igual en el PRI donde los grupos de interés persisten en la guerra por obtener el poder, proceso en el cual se aplica crueldad innecesaria contra algunos de los protagonistas, mientras en Salud la confrontación burocracia-secretario va “in crechendo” por las conocidas y exageradas medidas que remiten a tolerancia mínima.
A esto agreguemos otros problemas que por graves llegaron para quedarse. En este sentido el ciudadano común sufre al movilizarse en ciudades virtualmente en estado de sitio. Y luego los operativos de protección oficial que mantienen a la sociedad al borde de un ataque de histeria. Y ni modo que sea invento.
En el conflicto educativo el titular de la dependencia no promete acuerdos prontos y así declara a los medios no sin antes recurrir a justificaciones institucionales que derivan hacia el capricho, o la consigna que pa’l caso es lo mismo. Eso de que las pláticas pueden durar incluso meses, no otorga mayor seguridad a los casi 45 mil sindicalizados que lo menos que desean es verse involucrados en una bronca que de alguna manera pone en riesgo sus empleos y de paso la sobrevivencia familiar.
Y todo por la voracidad que acerca a la costumbre con que se maneja la institución. Dicese que aquí es cuestión “de cambiar barajitas”, aunque Diódoro insista en que es cosa “de comunicación” cuando la verdad es muy distinta.
Por supuesto que el problema perjudica directamente a los tantos más cuantos miles de educandos que han de cargar el resto de su existencia con las consecuencias. Ahora mismo dicese que Tamaulipas insiste en apasionada defensa de los últimos lugares en aprovechamiento, lo cual no es ninguna gracia.
Este penoso asunto dará para mucho más “ y no se va a quedar así”, como decíamos en la primaria.
En cuanto al PRI ya vemos que la indecisión resultó mala consejera. No entiendo porqué se ordena la violenta salida de Gamundi cuando existe confusión sobre el sucesor. Y deje que la guerra en el tricolor llega en el momento más inoportuno. Es decir, cuando el pleito por los cargos administrativos está al cien, sea en singular combate donde triunfan solo aquellos que saben “de qué lado masca la iguana”.
Usted dirá que más inoportuna es la convocatoria al consejo tricolor en tiempos de cólera, y tiene razón porque en estos días como que la disciplina en el partidazo sigue convertida en una pachanga navideña. Y eso que ya pasó el día en que los santos reyes visitaron al Niño Dios. De ahí que no extraña que califiquen a la mentada sucesión como una vacilada.
Mientras tanto en Salud existe la impresión de que el titular se está cansando de tanto relajo. Así lo ha dicho a algunos íntimos. ¿Qué será cuando destape la caja de pandora?. Aunque la interrogante persiste en cuanto a porqué crear conflictos donde no los había.
En síntesis, la inquietud que priva entre la ciudadanía es altamente riesgosa para el sistema, por las circunstancias no por otra cosa.
SUCEDE QUE
Que el cambio de tesorero en la UAT fue demasiado pronto, aun cuando el maestro Etienne es una garantía. Había prisa dicen, ¿de parte de quién?.
Que en el anterior régimen hubo tres funcionarios mayores: Lalo Garza Rivas, Joaquín Contreras y Aníbal Pérez. Dos de ellos fallecieron y el tercero “tronó”. Es una fea referencia pero real desgraciadamente. Ahora, ¿quiénes son los de más edad?.
Y mire lo que es la ingratitud. Paulina Rubio, “la chica de oro” dejó morir a su padre en un hospital del Seguro Social como si no supiera de las limitaciones impuestas por el gobierno panista a la medicina social. ¿Acaso no pudo pagarle una mejor atención?. Y luego no quieren que uno se encaborone.
Y hasta la próxima.
(maxi-avila@hotmail.com)