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REDACCIÓN

15 de mayo, 2011

Apenas amanecía el sábado y las largas filas de automóviles, personas y familias en el acceso principal del Parque Cultural Reynosa parecían nunca tener fin, absolutamente todos, incluso aquellos que alguna vez mostraron apatía, allí estaban, sin marquesina y aun sobre el intenso calor la hilera humana iba al Globofest Internacional 2011.

Promovido en coordinación entre el Gobierno del Estado, que encabeza Egidio Torre Cantú, y la administración de Everardo Villarreal Salinas, el Globofest Reynosa Internacional 2011 era esperado con ansias por personas de todas partes del país que se enteraron por los excelentes comentarios hechos por las mismas familias que se expresaron muy bien del evento, sin duda Reynosa es una ciudad que suena en el relieve nacional e internacional.

Hace apenas dos días que los pilotos norteamericanos de aeronaves acróbatas, Fred Cabanas y Gary Ward, estaban anunciando que el evento familiar seria todo un espectáculo y que ellos, en sus aeronaves de fibra de carbono y de madera y acero, volarían los cielos de Reynosa llueve, truene o relampagueé. El pronóstico se cumplió, miles de personas estuvieron presentes, los globos fueron un atractivo sin igual, los aviones –verde uno y amarillo el otro- acrobáticos arrancaron incrédulas e impresionadas miradas, también era cierto, es un espectáculo nunca antes visto.

Con un matutino y agradable clima, las puertas del Parque Cultural se abrieron al público todavía antes de la salida del sol, cantidades y cantidades de personas entraban y fueron llenando las más de 30 hectáreas de la magna sede del Globofest.

Por diferentes lugares, y organizados, estaban los stands y medios de comunicación que daban cuenta del evento que unió como nunca a las familias de Reynosa, la región y el Valle de Texas.

Al entrar, estaba el bungee que por espacios de cinco minutos subía a quienes gustan de las emociones extremas, alguno de los cuales ya arriba, a más de 70 metros de altura, daban la impresión de querer bajarse y no “aventarse”, todo era fiesta entre los espectadores que motivaban con aplausos y otros que entre rechifla y rechifla “picaban” el orgullo de quienes, finalmente, cruzaban los brazos y se dejaban caer al vacío.

Atrás del Parque Cultural, menores y adolescentes trepaban la pared escaladora ante una multitud que les animaba a seguir subiendo y lograr le meta; el eurobungy fue muy concurrido por los menores de edad que gritaban de alegría; los globos multicolores aerostáticos eran fuerte atractivo visual para menores, jóvenes y padres de familia que nunca habían visto varios de estos y en el aire, bajo las nubes que aparentaban dejarían caer gotas de lluvia y los gritos de expectación, los aviones acrobáticos daban singular espectáculo con increíbles piruetas, algunas que daban la clara apariencia de que se estrellarían.

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