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Bravucones

Raúl HERNANDEZ

26 de abril, 2012

Es la hora de debatir. Todo mundo quiere debatir. Se lanzan retos  los candidatos a senadores y diputados y hasta algunos dirigentes estatales de partidos. Pero las bravuconadas no vienen de  todos, curiosamente los que se muestran más bravos son los candidatos más débiles, los que simulan andar en campaña.

En cambio los candidatos más fuertes  no hablan del tema, más que cuando un periodista lo saca a colación. Hay quienes  no se niegan a debatir, pero condicionado a que participen todos los candidatos, en tanto otros señalan que será la dirigencia la que los instruya sobre la conveniencia de   participar en estos debates.

Los candidatos débiles que apenas pintan en las encuestas para medir las preferencias  ciudadanas, están convencidos de que un debate sería un foro para  atraer los reflectores de los medios de comunicación y que la opinión pública los conozca y por eso andan en plan de  pica pleitos llamando  sacatones a sus adversarios por no aceptar   prestarse a esta simulación de democracia.

En cambio, los candidatos  fuertes, están convencidos de que con un debate tienen todo que perder y nada que ganar. En el mejor de los casos quedan tablas, pero no hay  posibilidad de ganancia alguna y como consecuencia no quieren hacerle el caldo gordo a los demás.

A nivel local  parece  improbable que se  logre un  debate entre los candidatos. A lo sumo vamos a ver candidatos que desfilen ante la membrecía de  determinadas organizaciones para exponer su plataforma política y corresponde a los que escuchan decidir cuál es la propuesta más  sana y creíble, porque la verdad es que en la  campaña actual  varios de los candidatos a diputados confunden los alcances de un legislador y  presentan propuestas como si estuvieran compitiendo para alcalde o gobernador.

Un diputado legisla, fiscaliza, gestiona, pero hay que  tomar con reservas sus promesas de  acabar con la inseguridad, el desempleo, la pobreza, los rezagos educativos y mejorar la infraestructura urbana.

En otro tema, mientras  que en otros municipios del Estado  el sector obrero decidió suspender el desfile del Primero de Mayo, por razones de seguridad, aquí sigue adelante el plan de que miles de  trabajadores  salgan a la calle el próximo martes.

Hace un año, el Gobernador Egidio Torre Cantú presenció el desfile obrero en Nuevo Laredo y aún se recuerda que en pleno  desfile se incendio el cableado de un coche a menos de 100 metros del estrado de honor, lo que provocó alarma, pero se pudo comprobar, casi de inmediato, que se trató de un  incidente circunstancial, pues se trataba de un carro viejo que  traía el alambrado  igual de  traqueteado.

La CTM está atenta a las indicaciones que señalen las autoridades  estatales y están  dispuestas a acatar una orden que les sugiera suspender el desfile,  incluso dándoseles la señal  un par  de horas antes del  inicio de arranque.

Ahora que  hay que decir que los más  interesados en que se suspendiera el desfile serían los propios obreros pues de esa manera el Día del Trabajo realmente sería de descanso, porque marchar  resulta   casi igual de pesado que cumplir con una jornada  real de trabajo.

 

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