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2 de mayo, 2012

Solo en este país surrealista  es posible  que se desate una polémica en torno al debate entre los candidatos presidenciales y su coincidencia, en cuanto al horario, con la realización de un partido de futbol.

Partidos,  candidatos, medios de comunicación se han desgarrado las vestiduras  pretendiendo   hacer creer que si se empalman los dos eventos, se estaría atentando contra la democracia, como si los ciudadanos no estuviésemos en nuestro derecho de ver o  no ver el debate, de ver o  no ver el partido de futbol.

La realidad es que a quien no le gusta el futbol ni la política, no verán ni uno ni otro evento, tan parecidos en su espectacularidad, pues a final de cuentas no dejan de ser eventos rabones, tanto uno como el otro.

El colmo es  que algún candidato como Andrés Manuel López Obrador pretende que el debate sea transmitido en cadena nacional, como si los mexicanos murieran por ver a cuatro  candidatos huecos, empeñados en  convencer con las promesas de siempre que nadie cree.

Ciertamente los debates sirven, al que los ve con sentido crítico, para informarse, para conocer lo que ofrece cada candidato, para ver que tan  capacitados están. Hasta ahí está bien, la cuestión es que este primer debate lo negoció el IFE con los partidos y estos son los que establecieron los temas a tratar, de tal manera que cada uno de los candidatos se está preparando sobre cada posible pregunta que les toque contestar. No va haber sorpresas para los candidatos, nadie les va  hacer una pregunta incomoda.

Pero además, es probable que Enrique Peña Nieto no esté dispuesto a debatir, como no lo estuvo Josefina Vázquez Mota cuando se le confrontó con Ernesto Cordero y Santiago Creel. En vez de debatir Peña Nieto, irá a nadar de muertito, a  responder de la mejor  manera las preguntas que le haga el moderador y no atenderá  los cuestionamientos de  los otros tres candidatos, a los que ignorará y los  tirará a Lucas.  Peña Nieto sabe que la suerte le favorece, que  les lleva mucha ventaja a sus adversarios y busca mantenerla, en los siguientes 59 días. No se va a exponer a que lo  golpeen.  Va a hacer lo mismo que hizo Josefina en el debate entre panistas y lo mismo que hizo Andrés Manuel en el 2006 cuando se negó a participar en el primer debate. Tanto Josefina como López Obrador actuaron así porque se sentían invencibles y lo mismo piensa ahora Peña Nieto.

Es seguro que TvAzteca haya decidido  transmitir su partido de futbol a la misma hora del debate para restarle auditorio, favoreciendo a Peña Nieto. Entre menos lo vean, mejor. Pero además, la televisión es un negocio, transmitir el debate no deja ganancias y en cambio transmitir el partido de futbol sí.

Cuando se  reformó el Código Electoral en el 2007 se ataron las manos tanto a la televisión  como a la radio  y se les prohibió  hacer negocio legal con las campañas. Ahora los dos tipos de medios están obligados a transmitir  gratuitamente los spots de los candidatos sin  que les deje ganancias y con todo y eso, ahora se les pide que tengan vocación democrática y  que gratuitamente  programen un debate en sus  canales principales.

 

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