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La camisa rota

Raúl HERNANDEZ

8 de mayo, 2012

La última travesura del panista  Francisco Javier Estebane contra Glafiro Salinas Mendiola, le salió cara.

Y es que cuando Glafiro Salinas hacía proselitismo en el crucero de Guerrero y Héroe de Nacataz, entregando propaganda, Estebane paso por ahí y a un grupo de panistas les entregó  una camiseta con el logotipo de Glafiro, manchada de tinta de diversos colores, al tiempo que les decía: “Vean para que me sirven las camisetas de su candidato, para limpiar las máquinas de mi imprenta”.

Pero como el enojo de Estebane es contra Glafiro, y no con el PAN, tuvo cuidado de cortar el área donde está el logotipo del PAN.

Apenas habían pasado unos cuantos minutos del incidente, cuando Estebane decidió marcharse y al acercarse a su camioneta, que estacionó a unos 150 metros de distancia,  se encontró con que le poncharon una de las  llantas delanteras, enterrándole una navaja. La llanta se la dejaron inservible y el chiste le costó arriba de los 100 dólares.

Como si todo eso  fuera poco, la camiseta rota y manchada le fue entregada al Presidente del Comité Municipal del PAN, Carlos Bulás Villarreal, para que la anexe al expediente que se le integra a Estebane para expulsarlo del partido.

El enfrentamiento Estebane-Glafiro,  ya parece pleito entre chamacos. Hay terquedad por un lado y orgullo por el otro. Tan sencillo que resultaría sentarse a platicar y resolver esta cuestión.

Por otra parte, como prometer no empobrece, en la actual campaña todos los candidatos no se muerden la lengua, para  plantear  todo tipo de propuestas, pero sin argumentarlas.

La señora Josefina Vázquez, por ejemplo, promete escuelas de tiempo completo, pero no explica ¿cuánto costaría  que los maestros en vez de  dar cuatro horas y media de clase al día, den 8?¿cuántos miles de nuevos maestros se necesitan?, ¿cuántas nuevas escuelas?, ¿cuánto dinero se requiere  para  operar estas escuelas y de donde saldrá?

Andrés Manuel López Obrador nos ofrece crear 7 millones de nuevos empleos, pero igual pudo  decir 20 millones. Le  faltan muchas explicaciones: ¿estos empleos los  creará la burocracia? ¿serán empleos con sueldo de salario mínimo?, ¿serán empleos informales?

Por su parte, Enrique Peña Nieto enarbola la bandera del Partido Verde y ofrece  vales de medicinas cuando las instituciones públicas no las tengan a la mano.  ¿Sabrá Peña Nieto que si a los más de 50 millones de derechohabientes del Imss y del Issste, se les enviara un día a surtir sus medicinas a una farmacia particular, se tronarían las finanzas  de ambas instituciones?

Todas las propuestas de los candidatos son buenas intenciones, pero en un  país pobre, hay que tomar con reservas el ofrecimiento de concretarlas en un plazo corto. Ojala que el prometer fuese suficiente, pero eso  nunca ha sido así.

En ese sentido, Gabriel Quadri suena más realista cuando dice que se deben sentar las nuevas bases del estado mexicano para que en 20 o 30 años se alcance el desarrollo del país.

 

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