Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
24 de mayo, 2012
Enrique Peña Nieto se enredó en sus propias palabras, al intentar explicar el “nuevo PRI”.
Peña Nieto se enfrento la noche del miércoles a un verdadero tribunal de la Inquisición, integrado por periodistas de Televisa, que lo tundieron con toda clase de preguntas: ¿Qué si es producto de Televisa? ¿Cuál es su relación con Carlos Salinas? ¿Si hará Secretaria de Educación a Elba Esther Gordillo? ¿Qué opina de Jorge Hank Rhon, de Carlos Romero Deschamps, de Arturo Montiel, de Tomás Yarrington, de Humberto Moreira? ¿Qué opina de las manifestaciones en su contra?
Al pobre hombre le fue muy mal, no convenció en sus respuestas y no supo explicar cómo encajan en el nuevo PRI personajes como Ulises Ruiz, Mario Marín, Fidel Herrera, entre otros y en cambio intento convencer que la nueva camada de políticos, por ser jóvenes, están exentos de los vicios ancestrales de los viejos dinosaurios, como lo son la corrupción, el cinismo y la impunidad.
Ciertamente muchas de las respuestas de Peña Nieto son institucionales y esta reserva es natural, pues apenas anda en campaña. Su verdadera personalidad --porque no la mostró como Gobernador—la mostrará si llega a la Presidencia. Ahí si mostrará su estilo de gobernar y ahí sí tendrá la oportunidad de fundar un nuevo PRI que incluso podrá ser democrático, pues no lo fue en el proceso se selección de candidatos que participan en la presente campaña.
Si hoy como candidato dice que el destino del sindicato magisterial es decisión de sus integrantes, ya como Presidente podrá intervenir, como lo hizo Carlos Salinas cuando quito a Carlos Jongitud y lo catafixió por Elba Esther Gordillo.
Es, pues, entendible que Peña Nieto no se abra por el momento y por eso tiene que esforzarse en explicar lo inexplicable. Después del 1 de diciembre, si el voto lo favorece, empezará a escribirse la verdadera historia sobre lo que quiere para el país. El decidirá si quiere ser un Presidente más o si se convierte en estadista.
Mientras tanto, el candidato a senador por el PRD, Cutiláhuac Ortega Maldonado anduvo de visita por esta ciudad y obviamente se mostró confiado en que Andrés Manuel López Obrador mejorará su posicionamiento en las elecciones y finalmente ganará la presidencia de la república.
Pero además, fuera de entrevista, hizo una comparación entre Marcelo Ebrad y López Obrador y dijo que el primero es más radical, pero a El Paje le han hecho la imagen de que es un diablo, sin serlo.
Puso como ejemplo, que López Obrador cuando fue Jefe de Gobierno trabajo de la mano de los grandes empresarios, se llevó bien con los medios de comunicación y con los jerarcas de la iglesia y en cambio Ebrad llegó y aprobó la ley de convivencia social, para disgusto de la iglesia.
Expuso que quienes han hecho surgir la versión de que López Obrador sería un copia de Hugo Chávez, están muy alejados de la realidad y basta ver lo que hizo en el D.F., en donde promovió programas de apoyo a la educación de niños y jóvenes, apoyos a los adultos, mejoro la seguridad, propicio la generación de empleos y todo ello con el respaldo de los empresarios a los que les facilitó sus inversiones.