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Reforma sin prisas

Raúl HERNANDEZ

27 de septiembre, 2012

El dirigente estatal del PRD, Jorge Valdez Vargas, tronó en contra de la reforma laboral que se discute en la Cámara de Diputados y que ha sido aprobada ya en lo general.

Dice el perredista que el país requiere una nueva  ley laboral, pero  analizada y consensada sin prisas.

Le  realidad es que  la  ley federal del trabajo  no solo es obsoleta por haberse reformado hace 42 años, sino porque se sigue aplicando el criterio de la de 1931 en la que se privilegió a los sindicatos y se hizo a un lado a los trabajadores, como individuos, y a los patrones mismos.

Ciertamente  que la ley del 31 se haya aprobado así, era natural, pues veníamos de condiciones de trabajo infrahumanas, en las que a los patrones todo se les permitía, pues tenían sus tiendas de raya y su propia policía, para aplastar a los inconformes, además de toda la protección  del Estado.

Sin embargo, hoy las circunstancias han cambiado y muchos de los principios contenidos en la ley son  letra muerta. En estos tiempos ya no funcionan ni los salarios mínimos ni la huelga. Que alguien intente irse a huelga, para que vea cómo le va.

Pero más delicado es que con los candados que tiene le ley,  en cuánto a antigüedad, indemnizaciones por despidos, protección de las embarazadas, entre otras situaciones, obligan al patrón a prescindir  de los  mayores de 35 años y de las mujeres jóvenes. Los patrones los rechazan, porque creen que los mayores de 35 años reiteradamente solicitan incapacidades por enfermedad y que las mujeres jóvenes no resisten la idea de embarazarse. Cuando ocurre cualquiera de estos  casos, lo que se hace es cargarle el trabajo a los empleados, porque no pueden contratar trabajadores temporales por  el costo de indemnizarlos.

Todo lo anterior podría evitarse copiando el modelo americano, con agregados mexicanos, como sustituir la indemnización  por despido por un seguro de desempleo a cargo del gobierno y dejando en libertad de contratar empleadas sustitutas de las embarazadas, sin generar antigüedad ni indemnización. El día que esto ocurra, el patrón tranquilamente podrá contratar a un señor de 65 años con la confianza de que si a los cuatro meses se enferma y ya no podrá regresar, ni tendrá que pensionarlo, ni indemnizarlo y en cambio podrá contratar otro sustituto, con la misma edad. En tanto eso no ocurre,  las puertas del trabajo estarán cerradas para  millones de  mexicanos mayores de 35 años, por más que los  legisladores y el gobierno sostengan lo contrario y lo justifiquen con leyes que ni en teoría convencen.

En la nueva ley se contempla la contratación  por horas, sujeta al pago de una jornada  laboral de un día. Yo creo que no requiere explicación el hecho de que en una jornada de 8 horas, da mejores resultados que se contrate dos trabajadores, cada uno para un turno de cuatro horas, que uno que trabaje las ocho horas. Pero además, para estudiantes y amas de  casa, resulta muy atractivo tener jornadas de cuatro horas diarias, porque así los primeros no desatienden sus estudios y las segundas, pueden  atender a sus familias.

 

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