Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
9 de octubre, 2012
Nadie pone en duda que Carlos Canturosas Villarreal sería un excelente candidato del PAN para buscar la presidencia municipal en el 2013, pero de ahí a suponer que el PAN tendría la victoria en la bolsa, por haber obtenido más de 76 mil votos en la más reciente elección, hay mucha diferencia.
La historia demuestra que el voto del PAN no es constante. Al contrario, da bandazos, dependiendo de si es una elección estatal o federal y dependiendo de la imagen de sus candidatos. Ahí están los votos duros de las últimas elecciones.
En el 2000, por ejemplo, el PAN ganó la diputación federal con 60 mil 450 votos y al año siguiente, en la elección de presidente municipal, perdió casi la mitad de sus votos y bajo a 32 mil 369. En el 2003, nuevamente en la elección de diputado federal, volvió a perder votos y apenas llegó a los 30 mil 856.
En el 2004, el PAN continúo en picada, al obtener solo 22 mil 201 votos.
No deja de ser curioso que en el 2000, el PAN ganó la diputación federal con Arturo Sanmiguel al obtener 60 mil 450 votos y cuatro años después, cuando éste se postula por la presidencia municipal baja de los 60 mil a apenas 22 mil 201. Bajo su votación en 38 mil sufragios.
En el 2006 el PAN tuvo una ligera recuperación –se trató de la elección de presidente de la república-- y creció a 48 mil 399 votos. Un año después, la votación volvió a decrecer al obtener 17 mil 340 votos; en el 2009, logró 36 mil 311 y en la elección del 2010, volvió a retroceder con 22 mil 230.
En este 2012, el PAN volvió a la senda del triunfo con 76 mil 822 votos.
En la reciente elección, el PAN ganó por muchos factores, factores que no necesariamente serán los mismos en el 2013. Al PAN le toca trabajar para conservar esos 76 mil votos, pero el PRI no se va a quedar cruzado de brazos, hará su talacha, de la misma manera en que lo hizo en el 2001 para recuperarse de la derrota de un año antes.
Pero además, las circunstancias del 2013 son muy diferentes a las del 2001. En el 2001, las precampañas no estaban reguladas y esto bien que lo aprovecho el PRI que puso a competir a 11 aspirantes por la presidencia municipal lo que le permitió posicionar al partido, en tanto que el PAN se la jugo con dos.
Hoy, si el PAN se la juega exclusivamente con Canturosas Jr., y no se va a una pre-campaña, estará en desventaja ante el PRI en el que todavía no arranca el proceso electoral y ya hay más de una docena de aspirantes a la presidencia municipal y si todos se van a una pre-campaña, le van a dar mucha presencia al PRI. Claro, con tantos aspirantes habría el riesgo de que el partido quedara fracturado, pero peor sería no consensar.
No bastan las meras intenciones para ganar una elección. Los partidos tendrán que esforzarse para convencer al electorado de que vale la pena darles el voto. Los partidos tienen que buscar su posicionamiento entre los ciudadanos. Prioritario es que los ciudadanos los conozcan y que los conozcan por ser buenos, o al menos bien intencionados.
El voto duro ya garantiza la victoria ni al PRI, ni al PAN, ni mucho menos al resto de los partidos. Hay que pelear y ganar cada voto.