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Cortés Villada

Raúl HERNANDEZ

4 de noviembre, 2012

El ex alcalde Arturo Cortés Villada quiere  volver a ser presidente municipal de Nuevo Laredo y está listo para la competencia interna  que se va a dar en el PRI.

A 20 años de haber sido alcalde, de 1990 a 1992, Cortés Villada no solo acumula más experiencia  política sino también trae una gruesa lista de  personajes que pesan en la política nacional y que son su mejor aval.

Cuando fue electo candidato del PRI a la presidencia municipal, en el segundo semestre de 1989, Cortés Villada fue el tercero en discordia  de un mega-pleito en el que se vieron involucrados el agente aduanal Héctor Bolaños Calzado y Pedro Pérez Ibarra.

Bolaños y Pérez Ibarra se fueron a una consulta a la base que se suspendió en plena jornada, cuando al líder cetemista le entró miedo ante la posibilidad de perder y ordenó a sus correligionarios que se robaran varias urnas, para obligar a suspender la elección.

Días después, al hacer un recuento de los votos de las casillas salvadas, Pérez Ibarra se dio de topes contra la pared,  cuando se enteró que  llevaba una ventaja de más de 2 a 1, pero el daño ya estaba hecho y Cortés Villada entró como candidato emergente.

Ya en el poder, Cortés Villada se peleó con Pérez Ibarra y hasta pretendió sacarlo del consejo de administración de la Comapa –entonces conocido como Sistema de Agua—pero cuando el tema se puso a votación, los regidores de la CTM, aliados con la CNC,  ganaron con un voto de diferencia que le dio el parmista Oscar Alarcón Cantú.

En el trienio de Arturo Cortés Villada se dio el despegue en el desarrollo económico de Nuevo Laredo, con la llegada de franquicias comerciales de todo tipo, arrancó el proyecto del bulevar Colosio con la expropiación de casas instaladas junto a las vegas del río, se abrió la calle Leandro Valle para  que hubiese una salida de los vehículos del puente internacional II, se generó muchas pavimentaciones, se construyó una Casa de la Cultura, obras deportivas, etc.  Pero además, puso ejemplo, y llegó para quedarse, de cómo gestionar recursos ante las instancias federales.  Supo tocar puertas y traerse recursos que antes no llegaban, porque no había quien los  gestionara.

En su gestión se dio  un verdadero boom, pero además se empezó a escribir el fin del cacicazgo cetemista, pues en noviembre de 1992, el profesor Pedro Pérez Ibarra se auto exilio en Laredo, Texas, luego de que las autoridades hacendarias  lo acusaron de  ser el autor intelectual de los destrozos de las instalaciones de la aduana, migración y Capufe, en los dos puentes internacionales. Sin la presencia física de Pérez Ibarra, en Nuevo Laredo  surgió una nueva clase política más proclive al desarrollo económico y para empezar, las huelgas se terminaron, por no decir que se prohibieron.

Como todo ser humano, Cortés Villada tiene sus claro obscuros, pero en la balanza  final pesan más sus acciones buenas y por eso, a dos décadas de haber sido alcalde, sigue siendo uno de los ex más estimados por los ciudadanos.

¿Logrará colarse en la competencia y ser tomado en cuenta para el proceso electoral del 2013? El tiempo tiene la respuesta.

 

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