Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
17 de noviembre, 2012
Hacia el interior del PRI hay quienes ya cuestionan la falta de liderazgo de José Alberto Ramos Zapata. Ciertamente tomó posesión apenas el 24 de octubre, pero hasta ahora no se le ha visto nada y en cambio ha sido necesario que la dirigencia estatal venga a dialogar con los aspirantes a la presidencia para convocarlos a la unidad.
A falta de liderazgo, y de ganas de trabajar, no hay programa, no hay encuentros con los sectores y organizaciones, no hay llamados a la institucionalidad a los aspirantes a cargos de elección, no hay reuniones informativas de lo que se hace en el partido. En estas circunstancias, algunos priistas se preguntan si valdrá la pena tener un dirigente de membrete, que no hace nada y deja que las decisiones las tomen otros.
No es el primer dirigente malo que tiene el PRI, los ha habido otros peores, pero el problema es que el PRI viene de un proceso en el que perdió más de 40 mil votos, con respecto a la elección del 2010 y obviamente esto tiene intranquilos a quienes creen que el PAN podría meterles un nuevo susto en las elecciones del 2013.
En el 2000, cuando el PRI perdió la diputación federal en Nuevo Laredo, junto con la elección de senador y la de presidente de la república, al año siguiente el Revolucionario Institucional promovió un proceso interno, con consulta a la base, en el que participaron 10 aspirantes.
Desde un principio, el control del proceso interno lo tuvo la dirigencia local del PRI, encabezada por Jesús Valdez Zermeño que los reunía periódicamente para revisar sus posicionamientos ante la ciudadanía. La consulta terminó ganada por José Suárez López quien luego resultaría vencedor en la elección constitucional, sacándole una ventaja de 20 mil votos a su más cercano competidor.
Aunque las circunstancias de hoy son parecidas a la del 2000, con la ventaja de que el PRI regresa a la presidencia de la república, la diferencia es que no hay oficio político en José Ramos Zapata, más interesado en obtener contratos de obras, que en hablar de la restructuración de los cuadros territoriales del PRI.
No se discute que el dirigente estatal del PRI conoce a Nuevo Laredo y sus actores políticos, pero ¿no sería mejor tener en el PRI local a alguien que tenga oficio político y que en vez de darle problemas a la dirigencia estatal, los resuelva?
En otro tema, además de ser integrante de las comisiones de Hacienda, Educación y Relaciones Exteriores, en esta última en calidad de secretario, al diputado federal Glafiro Salinas Mendiola, lo acaban de nombrar Presidente del Consejo Político de la bancada del PAN.
Mientras tanto, este martes 20 se concretará el acuerdo para que Morena busque convertirse en partido político en las elecciones federales del 2013, para lo cual varios de los senadores y diputados federales del PRD, PT y Movimiento Ciudadano anunciarán su cambio a la nueva organización.
Es el arranque del sueño de Andrés Manuel López Obrador por buscar la presidencia de la república en el 2018.
De aquí de Nuevo Laredo partieron 11 delegados al Congreso Nacional de Morena, encabezados por Héctor Ponce Rodríguez.