Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
28 de noviembre, 2012
La visita de Arturo Peña del Mazo, tío del presidente electo de México, Enrique Peña Nieto, dejo muchos claro oscuros.
El hombre se paso 48 minutos hablando sobre la nueva cultura del mexicano, pero su conferencia no tuvo orden ni coherencia, paso de un tema a otro, nunca concreto y al final medio mundo volteó hacía todos los lados esperando encontrarse con Rubén Aguilar para que nos explicará que es lo que quería decir el señor Arturo Peña.
Tampoco fue muy expresivo en las entrevistas con los medios. Al contrario, dio respuestas predecibles y breves. Eso sí, hay que reconocerle que fue puntual, pues su conferencia inicio dos minutos antes de lo pactado y que cuando termino su monólogo se dejó apapachar por los asistentes, muchos de los cuales lo saludaron y le pidieron posar para la foto y él a nadie le dijo que no.
Los organizadores movilizaron a varios cientos de personas para la cita con Arturo Peña. El Centro Cívico albergó a unas 500 personas, muchos de ellos estudiantes de nivel superior de la Universidad Tecnológica. También se dieron cita personajes de diversos sectores de la sociedad. Ahí estuvo Enrique Reséndez Covarrubias, vocal de la asociación Entorno Responsable; el agente aduanal Héctor Bolaños Calzado; el síndico primero, Benjamín Rosales Hernández; el empresario Carlos Rendón Ulibarri; Fernando Ríos Rodríguez, del Comité Municipal Ciudadano en materia de Seguridad Pública.
También asistió la ex diputada Marisela López Ramos; el doctor Rafael Benavidez Martínez, secretario general del sindicato de trabajadores del Hospital Civil. Tarde llegó la presidenta de Canacintra, Candelaria Sánchez López.
También vino el presidente de la Fundación Isidro Fabela en el Distrito Federal, José Estanislao González Mendoza, quien previamente se reunió con reporteros locales durante un desayuno que reunió a unos 40 comunicadores.
Ahí Estanislao González dijo que esta es la tercera ocasión en que Arturo Peña visita Tamaulipas, habiendo estado en Reynosa, Matamoros y ahora Nuevo Laredo y en las tres ocasiones ha sido recibido con mucha calidez de parte de los tamaulipecos.
Por otra parte, el reciente fallecimiento de Feliciano Guerra Villarreal y la posterior condolencia que mandó insertar en un periódico el coordinador de los diputados del PRI, Manlio Fabio Beltrones, sorprendió a quienes ponían en duda el aprecio y cariño que este último le tenía al primero, al grado de haberlo hecho regidor en el anterior trienio.
Feliciano era ahijado de Manlio Fabio Beltrones y de Joaquín López Doriga y no era ahijado de dientes para afuera, como sucede en muchos compromisos de este tipo, sino de a de veras. López Doriga solía felicitarlo en su santo y en su cumpleaños, tanto en la radio como en la televisión.
La vida y la felicidad no siempre suelen ser como quisiera cada quién y a Feliciano le tocó adelantarse en un camino que todos recorreremos. Descanse en paz.