Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
23 de enero, 2013
Conforme pasan los días, crece el nerviosismo entre los aspirantes priistas a la presidencia municipal por la inminente designación de los candidatos. Pero si los aspirantes están nerviosos, la clase política está peor, pues por más vueltas y vueltas que le dan al asunto, no logran imaginar de qué manera va a operar el PRI para evitar una fractura entre todos los aspirantes que no logren la nominación. Y es que hay por lo menos 11 prospectos fuertes y solo uno va a ser nominado. ¿Cómo convencer a los otros 10 de que apoyen el proyecto del designado?
Ciertamente, a los aspirantes se les ha dicho una y otra vez que no habrá premios de consolación, pero eso es un mero decir. La realidad es que no se puede menospreciar la capacidad de movilización que han logrado en el territorio elementos como la diputada Rosa María Alvarado; Fernando Castillo, con el grupo Impulso; Jesús Valdez con Líderes Unidos; Cristabell Zamora con el Movimiento Territorial; o Enrique Reséndez con Entorno Responsable.
En su momento, también, Imelda Mangin tuvo eventos con más de un millar de asistentes; y Arturo Cortés Villada, reunió otros cientos en sus encuentros con familias en las colonias populares. El diputado Héctor Canales no ha hecho mucho trabajo en el territorio, pero en cambio gasto mucho en su promoción y gasto porque el PRI estuvo de acuerdo, los autorizo a todos. Todos se movieron porque hubo un consentimiento expreso para hacerlo.
Todos han realizado una movilización que sería muy valorada en otros frentes políticos.
Definitivamente eso de que no hay premios de consolación, se mencionó, como diría Chespirito, sin querer queriendo. Ahora de que tampoco se trata de que a los no designados se les reparta todo.
No solo se tendrá que realizar una intensa labor de convencimiento entre los aspirantes que no lleguen, igual se tendrá que hacer con los sectores y organizaciones que en estos momentos han sido muy institucionales y no apoyan, al menos abiertamente, a ninguno de los aspirantes. Tanto la CTM como la CNOP, en su momento, van a solicitar que se les respeten sus posiciones en el cabildo y que incluso se les ofrezca un poco más. La institucionalidad merece un premio.
Malo sería que en un afán de contentar a los aspirantes fallidos, se hiciera a un lado a sectores y organizaciones y es aquí, donde la clase política se mantiene a la expectativa sobre la forma en que se va a resolver la sucesión en Nuevo Laredo. Más que conocer al candidato, la clase política quiere saber qué es lo que se va a tener que hacer para garantizar la unidad interna, y que sea además una unidad real, que no este sujeta con simples alfileres.
Faltan unos pocos días para que se tome la decisión y militantes y clase política del PRI esperan que la operación cicatriz funcione bien, como se ha hecho en otras ocasiones, porque, hasta eso, hay que reconocer que en el PRI tienen mucha experiencia en eso de arreglar entuertos y enderezar chuecos. Pronto vamos a ver si esa experiencia vuelve a dar resultados en el proceso electoral en puerta.