Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
5 de febrero, 2013
En estos días, los priistas andan con los pelos de punta. Ya quieren saber quién será el candidato a la alcaldía. Este nerviosísimo lo mismo se da entre los aspirantes que entre sus seguidores y los militantes en general.
Los priistas ya quieren decir: “Habemus candidato”. Como ya lo dicen los panistas y agregan: “Es Carlos”, con todo y el amago de inhabilitación.
Hace 3 años se decidió el destape del PRI el 13 de febrero y se oficializó al día siguiente. Con ese antecedente, el destape de este año bien podría ser entre el viernes y el domingo de este fin de semana.
De entre los aspirantes, la única mujer que en estos momentos se encuentra en la recta final es la diputada Rosa María Alvarado a quien los que no están de acuerdo con ella pretenden descalificarla por razón de género, cuando la realidad es que quienes la conocemos, la conocemos precisamente por ser muy valiente. Pero además, se gobierna con inteligencia y valor.
En cambio, entre los varones, en estas dos últimas semanas, los que más suenan son Carlos Montiel, José Manuel Suárez López y Manuel Canales, lo que no es impedimento para que el resto de los aspirantes aflojen el paso. De hecho nadie ha bajado la guardia. Ayer mismo, el ex alcalde Arturo Cortés Villada seguía buscando amarres en la Ciudad de México, con personajes de la talla de Manlio Fabio Beltrones.
Los aspirantes van a seguir moviéndose hasta que no salga la candidatura y una vez que el PRI tenga candidato, se pondrá en marcha la operación cicatriz para contentar al resto de los aspirantes que hayan quedado en el camino.
La política es negociación y cuando está en juego una presidencia municipal donde se manejan 6 mil millones de pesos, hay mucho que negociar. Y esta negociación se da lo mismo en el PRI que en el PAN, el PRD y el resto de los partidos.
Cada quien quiere su parte del pastel, pero hay maneras de buscar esa rebanada de pastel. Una cosa es querer hacer negocio con el clásico 10-40, o lo que es lo mismo, tener una comisión de entre el 10 y el 40 por ciento por obra y trabajo solicitado y otra obtener ganancias mediante el trabajo honrado.
El partido que gane, tendrá más de un centenar de puestos de primero, segundo y tercer nivel que tendrá que ocupar y tendrá que necesitar de constructores, proveedores, asesores y todo lo demás que rodea una presidencia municipal para poder operar.
Con todo y lo que digan los adversarios del PRI, creemos que no habrá dificultades para convencer a los no nominados que se sumen al candidato elegido, máxime si este fue uno de los que previamente se publicitaron en los meses anteriores. Y que se sepa, ninguno fue descalificado. A algunos se les critico por su trayectoria o por hacer o no hacer determinada cosa, pero no hubo nadie que se hiciera acreedor a un rechazo generalizado.