Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
13 de septiembre, 2010
La Conmemoración del Bicentenario del Inicio del Movimiento de Independencia de México, el próximo miércoles 15 de septiembre, más allá de la fiesta que representa, es ideal para preguntarse cada uno de los habitantes del país, qué está haciendo por su nación.
Así lo expresó el Obispo de la Diócesis de Victoria, Antonio González Sánchez, al finalizar la misa dominical en la Catedral del Sagrado Corazón de Jesús, en nuestra ciudad capital.
Destacó que no solamente los gobernantes y los funcionarios públicos, sino que todos los sectores de México, deben de ponerse a analizar si realmente están, desde su propia trinchera, haciendo lo necesario para que el país esté mejor que hace 200 años.
“Yo siempre que hablo de algún aniversario matrimonial u otro acontecimiento donde se celebren determinado tiempo de un hecho, invito a las personas para que den las gracias y examinen como se han conducido en todo ese tiempo”.
El líder religioso detalló que “ahora que se viven las festividades del Bicentenario de la Independencia de México, hay que darle gracias a Dios por muchas cosas en el país, pero también es un momento de reflexionar, a todos los niveles, no nada más el gobierno, sino todos los que somos orgullosamente mexicanos, que veamos que podemos hacer o que estamos haciendo para vivir mejor en la nación”.
Antonio González Sánchez opinó que cada uno de los habitantes tiene una responsabilidad específica para con los demás, ya sea en el servicio público, desde el gobierno, la iniciativa privada, la iglesia, y principalmente en la familia.
“Creo que esa es la idea de estas fiestas patrias y de manera particular los 200 años del inicio de la independencia, si hay que disfrutar la fiesta pero que esto conlleve también una reflexión y por consecuencia una acción para hacer más bien las cosas”.
Destacó que en el caso de la Diócesis de Victoria, oficiará una misa el próximo jueves 16 de septiembre a las siete de la tarde en la Catedral del Sagrado Corazón de Jesús, con motivo de orar por la patria, a propósito de los festejos bicentenarios.