Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
14 de octubre, 2010
Es una tradición que al cierre del ciclo legislativo de tres años se repita la historia de revisar apresuradamente la carga pendiente de cuentas públicas, para aprobar aquellas susceptibles de suspicacias. Hoy no es la excepción.
Con dos agravantes: pueden meter al micro-ondas las cuentas del ex edil panista de Reynosa Francisco García Cabeza de Vaca, y la comisión de vigilancia de la auditoria superior del Estado está en manos de una diputada ajena al tema, ignorante de cuentas.
Más bien, Imelda Mangín de Nuche es especialista en cuentos pues inventó empresas proveedora del Ayuntamiento de Nuevo Laredo cuando fungió como regidora, en el trienio de José Suárez López.
Pero da igual. Otros diputados que son expertos en la materia, como Horacio Garza, también de Nuevo Laredo, han sido titulares de esa comisión legislativa y no pudieron impedir que se despacharan en tandas masivas las aprobaciones de cuentas públicas, aun aquellas que merecían ser sometidas a la lupa.
Mientras no haya voluntad política del titular del poder ejecutivo estatal, el legislativo está maniatado frente a posibles casos de corrupción gubernamental reflejada en la presentación de cuentas públicas.
Por eso la bancada del PAN presentó la iniciativa de reforma a la Ley de Fiscalización Superior del Estado para darle autonomía técnica, presupuestal y de gestión, a efecto de que cumpla su función sin dictados de orientación política.
Por supuesto, el documento fue rechazado en automático porque no proviene de la oficina del ejecutivo y la auditoría superior seguirá funcionando en lo oscurito, con resultados al gusto del señor, opacos, turbios.
Claro, el PAN de Tamaulipas sabía de antemano el destino de su iniciativa de reforma y la propuso nomás para meter ruido. Cuando el PAN fue gobierno en Nuevo León no le cambió ni una coma a la misma ley del ramo.
La comisión legislativa de vigilancia de la contaduría mayor de Tamaulipas era presidida por Enrique Blackmore Smer y ante su desaparición física entró al relevo Imelda Mangín de Nuche, que junto con su colega y paisano Abdala de la Fuente han sido de los más oscuros de esta Legislatura.
En la misma sesión del miércoles, Leonor Sarre y sus muchachitos hicieron una conmemoración anticipada de los 57 años de haberse autorizado el voto para la mujer (se cumplen el domingo 17) al pedir que se lleven a la realidad, ya, los derechos y prerrogativas negadas al género femenino.
A propósito del PAN, recibimos una atenta y cordial comunicación electrónica del amigo José María García Báez, representante de ese partido en el consejo municipal electoral de Río Bravo, donde replica algunos contenidos de nuestra columna anterior.
Da gusto atender estos mensajes porque no contienen insultos ni descalificaciones (“prensa vendida”) pero además porque su argumentación es válida aunque no necesariamente sostenible.
Para no enredarnos en parrafadas vamos a replantear lo medular de nuestro anterior comentario sobre la elección municipal de Río Bravo, para luego redondear con lo expuesto por Chemita García Báez en su correo.
Dijimos que el candidato del PAN Juan Diego Guajardo Anzaldúa ganó la alcaldía de Río Bravo, no como consecuencia de una mayoría de votos acreditada, sino porque el tribunal electoral federal ordenó que así lo decretara el tribunal electoral de Tamaulipas (hay confesión expresa de los magistrados locales).
Replica Chemita García con la afirmación de que Juan Diego ganó la elección por un mandato de los votos recogidos en las urnas. Donde ambos estamos de acuerdo es en que el proceso estuvo plagado de irregularidades.
Veamos ahora los números, duros y oficiales, que no dejan lugar a dudas en cuanto a que no hay certidumbre en los resultados definitivos.
El acta pública de escrutinio posterior al 4 de julio arroja 17,369 votos para Juan Diego, del PAN, y apenas 14,020 para Roberto García Martínez, del PRI.
Pero un cómputo general celebrado en el comité municipal electoral que incluyó la apertura de paquetes electorales que NO TRAIAN acta de cómputo, cambió el sentido de la votación: 15,990 para Roberto García Martínez y 15,829 para Juan Diego.
Y resulta que una segunda sentencia del tribunal electoral tamaulipeco revoca el acta de mayoría de votos de Roberto para dársela a Juan Diego pero con estos números: 18,927 votos para el PAN y 15,280 para el PRI.
¿Cuáles son finalmente los votos reales, auténticos, válidos, genuinos, que se tomaron en cuenta para decidir el desenlace del proceso electoral?.
Esperamos respuestas.
Otra pregunta sin ánimo de molestar a nuestro amigo Chemita: si él sabía que TODOS los paquetes electorales tenían actas de cómputo e inclusive si él contaba con copias, ¿por qué firmó, así haya sido bajo protesta, el cómputo del comité municipal electoral donde se abrieron los paquetes que supuestamente no tenían las actas respectivas?.
Dos apuntes adicionales sobre el mismo tema. 1.- El alcalde electo Juan Diego Guajardo permanece ausente de Río Bravo aunque fue visto en Ciudad Victoria, en casa de gobierno y en una audiencia con el Gobernador electo Egidio Torre Cantú, y
2.- Gerardo Acosta Zavala, ex diputado federal del PT, fundador en Tamaulipas del Partido Socialdemócrata, ex colaborador de Juan Antonio Guajardo, anda enamorando al consanguíneo para que le renchufe en el presupuesto municipal.
Mientras tanto, el director de la unidad académica de derecho y ciencias sociales de la UAT, campus Victoria, Carlos Hinojosa Cantú, convocó a conferencia de prensa para negar que el “porrismo” esté de vuelta.
No dijo que el Rector José María Leal Gutiérrez lo haya regañado por las menciones en la prensa de un episodio de violencia ocurrido durante un juego de fútbol entre equipos de escuelas diferentes, pero lo llamó para conocer su versión del pleito universitario.
Hinojosa Cantú se quejó de que algunas personas utilizan algunos medios para echar lodo sobre su imagen con el propósito de aplastar su proyecto de hacerse reelegir en la institución educativa.
Su denuncia tendrá más impacto y credibilidad cuando don Carlos despeje el misterio y aporte nombres porque no basta con que insinúe que la campañita beneficia a sus competidores, algunos de tufo gubernamental.
Nombres, Carlos, nombres.
Por el rumbo de Tampico, el Ayuntamiento concertó entre la cámara nacional de la industria restaurantera de alimentos condimentados CANIRAC y la empresa metropolitana Reoil un convenio mediante el cual se recolectará el aceite de cocina para evitar que termine en el drenaje.
Para el efecto se firmó un convenio en el palacio municipal entre representantes de Reoil y CANIRAC mediante el cual se obligan a recolectar entre los más de 600 comercios de comida los residuos de aceites usados, para ser concentrados en una planta local.
El producto recliclado se enviará al Distrito Federal y luego exportado a Europa para ser transformado en biodiesel, conforme a la política de protección mundial al medio ambiente.
Actualmente, el aceite de cocina de desecho llega a la red de drenaje sanitario y cuando empiece a operar la planta de tratamiento de aguas residuales incrementaría en un 30 por ciento el costo de operación.
La mezcla de aceite y detergentes provoca taponamientos en el drenaje y esta solución es una de las aplicadas por el gobierno municipal de Oscar Pérez Inguanzo.
Despedimos esta colaboración con un saludo afectuoso para nuestro patrón de Matamoros, paisano y pariente Carlos Arturo Guerra Velasco, porque hoy cumple años.
Correo electrónico albertoguerra65@hotmail.com