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Recuento de daños

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12 de noviembre, 2010

 

1.- “Ya ordené mis funerales. Serán austeros, breves y sin mayor trascendencia. Y nada de misas,
por favor. No dejo nada, ni siquiera cuentas por cobrar, más bien por pagar. Hay que prepararse,
queda poco tiempo.


Anoche soñé que moría, lo cual de haber sido realidad no tiene nada de extraño. He vivido lo
suficiente como para ponerme a mano con mi destino. Dicese de las circunstancias que te colocan
en suerte para afrontar la parte última del camino.


Soñé pues en una muerte tranquila, dormí para no despertar, con la sonrisa de quien se va en
paz…”vida nada me debes …”. Y como en casa apenas fui una referencia, tardaron varias horas
para que supieran que no existía más.


No hubo gritos, ni llantos, acaso alguien se persignó: “Dios se apiade de su alma”, tal vez dijo.
Ahí a la mano una carpeta blanca y una tarjeta: “no se culpe a nadie de mi muerte” que ni al
caso venía. Y una factura con los gastos funerarios: Ataúd, 8 mil 500 pesos, velatorio, 5 mil 200,
preparación e incineración 5 mil 400, urna 2 mil pesos. Total, 21 mil, cien pesos. Pagado.


Otra hoja con una petición final: que solo me acompañen los más cercanos, si lo desean, lo que me
interesa es partir cuanto antes. Aquí ya no hay nada que hacer,” ¡esto se acabó!”, como solía decir
con frecuencia.


Y como no estaré en el panteón, sobran los epitafios. Ya imagino: “el infierno será su
destino”, “fue buen padre, esposo, amigo y hermano”. ¿Y qué tal este?, “Recogió las tormentas
que sembró”.


Como es normal, recordé a mis amigos. Desde la infancia, como una película que termina para
volver a empezar. En verdad fueron muchos los que transcurrieron por mi larga existencia. Creo
que a todos los tengo presente. Desde Raúl fallecido muy joven o Nahún que no sé por dónde
anda, hasta Emilio con quien en las tardes de verano comparto el recuerdo de los años en las
bancas de la plaza principal”.


Lo anterior es síntesis de “Recuento de daños”, libraco justo de cuentos y otras historias que el
escribidor pretende publicar a la brevedad. No se lo pierda, será para una causa noble.


2.-Mientras tanto, oiga no está fuera de tono la iniciativa del PT presentada por la dipu María de
la Luz Martínez en sentido de apoyar a los veteranos con la mitad del salario mínimo en lo que
llaman “pensión universal”, sea pa’ todos, bastará que se haya hecho viejo, cosa que en estos
tiempos es una proeza, por no llamarlo un milagro. Ya ve como está el asunto.


Ya sabemos que en el defe dicha pensión funciona desde hace varios años, aunque es más
generosa. Con otra, en los dominios del carnal Marcelo no pagan transporte público, reciben
atención médica y medicinas gratuitas, además de albergues y alimentos sin costo alguno y otros
servicios de orden fiscal. Malo no sería que en Tamaulipas se intentara algo parecido.


Usted dirá que el DIF estatal bien protege a las personas de la tercera edad, y tiene razón
porque en este sentido es mucha y bastante la preocupación de la señora Adriana González de
Hernández, tanto que es público y notorio el agradecimiento. Pero bueno, tanto mejor si pega la
señalada iniciativa del PT.


SUCEDE QUE


¿Cómo que el director del IMSS Daniel Karam no conocía al coordinador de Adquisiciones de
bienes y contratación de servicios, un tal César Mora Eguiarte?. Hasta cínico salió este funcionario
que es de los tantos más cuantos musulmanes incluidos en el gobierno de Calderón.
Por cierto, sabrá que el angelito Mora Eguiarte manejaba un promedio de 22 mil millones de

pesos al año. Ahí nomás calcule el 5 por ciento que exigía a los proveedores, según lo descubierto
que “es un escándalo dicen”, tal cual canta el maese Marco Antonio Muñiz.
Y qué pena el éxodo de familias en la frontera chica. Imagine tantos sueños truncos y destinos que
quedan a la mitad del camino.
Y hasta la próxima.


(Comentarios: maxi-avila@hotmail.com)

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