Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
12 de marzo, 2011
El Plan Estatal de Desarrollo (PED) del gobernador Egidio Torre Cantú, será sólo un catálogo de buenas intenciones, de unos muy malos administradores públicos. Lejos de ser un instrumento para la proyección de desarrollo y de crecimiento en los rubros fundamentales de la entidad es, y está siendo, una justificación y coartada para la parálisis institucional de Tamaulipas. La educación pública es un desastre; la planta productiva industrial y agrícola está colapsada; la obra pública es inexistente; servicios como el turismo está rodando abajo en un despeñadero y el área política del gobierno es una entidad invisible por lo inoperativa.
“Primero el PED”, ha dicho Egidio Torre Cantú. Asusta esa óptica por lo mucho que se asemeja a los consejos de Porfirio Díaz: “Mucha administración y poca política”. Inquieta, al mismo tiempo, esa simpatía del gobernador por esas recetas que socialmente son inapropiadas, porque suelen adicionar explosividad a los escenarios sociopolíticos.
Esa visión fundamentalista de la planeación como disciplina, tiene a Tamaulipas con el Jesús en la boca. El daño social por casi tres meses de frenar el gasto público ya está hecho. El sistema educativo tamaulipeco está erizado de profesores irritados porque no han recibido las prestaciones con las cuales convierten sus ingresos en salarios dignos; por todo el estado se escuchan los lamentos de empresarios que no ven la mano del gobierno, para construir escenarios amigables para la productividad; miles de educandos han visto caer el interés de sus profesores por elevar la calidad educativa, tanto por la inseguridad como por la falta de estímulos; el sistema de salud está hecho trizas: no hay medicinas, no hay atención médica; los servicios públicos están desplomados: las Comapas no hacen su labor porque no han sido ni ratificados ni removidos los gerentes, la recolección de basura se ha convertido en un negocio para los saqueadores del erario y la seguridad pública ni hablar.
El PED (o) de Egidio será una ilusión. Y no puede ser de otra forma. Porque los principios de la planeación democrática, tienen sus ordenanzas y tienen sus instrumentos. Y estos, fueron diseñados desde realidades en donde el gobierno existe, donde el gobierno tiene el control del territorio y de las instituciones. Tamaulipas no está en esa tesitura. El gobierno de Tamaulipas es un gobierno arrinconado; un gobierno que dejó de ser gobierno, en la mayor parte del estado.
En esas circunstancias:
¿Cómo impartirá y administrará Justicia el gobierno de Egidio?
¿Cómo proporcionará Egidio, seguridad pública a los tamaulipecos del nivel de la que él y su familia disfrutan?
¿Cómo garantizar a los profesores el tránsito seguro por brechas y veredas del estado?
¿Cómo reactivará la actividad turística tamaulipeca?
El PED (o) de Egidio, será una carta a Santa Clos, sin duda. El PED (o) de Egidio y de sus asesores será, pura política ficción. El PED (o) de Egidio, será eso: puro ruido…