Luis Alonso Vásquez
Dirección General
Martha Isabel Alvarado
Sub Dirección General
1 de julio, 2012
Nuevo Laredo dio ejemplo de civismo durante la jornada electoral del domingo.
La elección se distinguió por el respeto entre los partidos y los votantes, lo que permitió una jornada tranquila.
No hubo ningún incidente serio. A lo más, minucias que no afectan el resultado de la elección.
Fue gratificante ver la participación de la gente. Durante la instalación de las casillas hubo funcionarios que no asistieron y cuando se invito a quienes hacían fila a que se incorporaran a la mesa directiva, de inmediato se apuntaron los ciudadanos.
Hubo gentes con alguna discapacidad a los que no les impidió asistir a las urnas.
La primera casilla en cerrar, contar los votos y llegar a la sede del Consejo Distrital Electoral fue la 770 contigua, instalada en la escuela Revolución. Su presidente fue Osvaldo Ancira, de apenas 20 años de edad. Con esa edad, vino pudo optar por disculparse, no asistir y quedarse en su casa a ver la final de la Euro Copa y sin embargo, su decisión fue cumplir con su responsabilidad ciudadana.
También fue significativa la participación de los ciudadanos en tránsito por Nuevo Laredo. Hubo quienes duraron varias horas para poder votar. Francamente un servidor se habría dado por vencido después de 40 o 50 minutos. Ellos en cambio, esperaron pacientemente a ser atendidos.
Dos horas después del cierre de casillas, los resultados de las encuestas de salida, a nivel nacional, favorecían al PRI, en tanto que a nivel local los resultados de la primeras veinte casillas favorecían al PAN.
Sean cuales hayan sido las tendencias definitivas, pareciera que la elección demostró el poder de la gente y quizá el resultado a corto plazo sea que los partidos se revaloren así mismos y busquen estar más cercanos a la población.
También hay que insistir en la necesidad de una reconciliación nacional. La elección ya paso y ahora toca ver todos juntos hacia delante, por el bien del país, un país que esta destrozado en su economía, con grandes rezagos sociales, con una inseguridad que lástima y con problemas en todas las áreas. No hay una sola fortaleza que podamos presumir en el exterior y que resista todas las críticas. Hasta las supuestas fortalezas en materia macro económica son demasiado endebles. Tenemos ahorrados más de 157 mil millones de dólares, pero debemos 112 mil millones de dólares al exterior y más de 4 billones 232 mil millones de pesos de deuda interna.
Es como si alguien presumiera que en su cuenta de ahorros tiene 30 mil pesos, pero resulta que debe 110 mil pesos en sus tarjetas de crédito. No hay nada que presumir, aunque por supuesto, peor sería si además de tener esta enorme deuda interna y externa, no tuviéramos un solo peso ahorrado, pero eso, a presumir tantas reservas internacionales hay una enorme diferencia.
El país esta muy mal y para que se puedan corregir los males, lo primero es reconocer que existen problemas. Si Vicente Fox se envolvió en una burbuja y nos hizo creer que estábamos en Foxilandia, con Felipe Calderón se continúo la tarea de maquillar los grandes problemas nacionales.
La administración panista no cumplió con las expectativas de los mexicanos y tras 12 años de gobierno, la población le dio la espalda. En estos 12 años el PAN adoptó todos los vicios que antes de ser gobierno le criticó al PRI. Ahí esta la explicación más simple de su derrota presidencial. Derrota que se empezó a escribir no el 1 de julio, sino desde mucho tiempo antes. Menos mal que la señora Josefina Vázquez se comportó a la altura y salió a reconocer su derrota a muy temprana hora.
Después de la elección de ayer viene la etapa de reflexión. Hoy incluso se hace necesario levantar una encuesta entre quienes votaron en contra de los ganadores para conocer porque actuaron así y corregir lo que se tenga que corregir.
En cuanto a los ganadores, por el momento es válido que den gritos y aplausos, incluso que se bañen en confeti, pero luego debe venir la reconciliación y en su momento tener acercamientos con los perdedores para invitarlos a que se incorporen a sus proyectos, lo que sería lo deseable, pero francamente se nos antoja bastante difícil de realizarse porque el ganador no se olvida tan fácilmente que hubo quienes no lo favorecieron con el voto.
En fin, ayer vivimos una jornada de civilidad que todos nos debe llenar de orgullo.